Hoy me siento alegre; a pesar de las muchas cosas en contra para que hoy sea un día más bien "regulero"; mi casa está hecha un desastre, tengo un esguince en la muñeca, dos princesas rechonchas que atender, unas cuantas comidas que preparar, un marido que ha cambiado el turno por uno que a mi personalmente me viene mucho peor y como no, calor, mucho calor en un piso donde casca el sol una buena cantidad de horas y sin aire acondicionado.
Antes me gustaba el verano, creo que cuando estaba soltera y no tenía hijas porque hacía básicamente lo que me daba la gana. Me iba a la playa con un té helado y un libro. Sin más. Y disfrutaba, ¡Oh si! Disfrutaba mucho.
Ahora no; para ir a la playa necesito ponerme de acuerdo con los Boinas Verdes del ejercito para ayudarme a trazar una estrategia que me permita siquiera plantearme el hecho de poner un pie en la arenaardiente de la playa.
Tanto es, que tenemos que preparar el rato de playa la noche anterior, dejar preparadas gran parte de las cosas que nos vamos a llevar para no correr el riego de llegar a la playa a la hora en que nos tenemos que ir. Si, verídico.
Antes disfrutaba del placer de comerme un helado tranquila, después de comer, tumbadita en el sofá. Ahora es imposible, si quiero que mi hija coma sano y por lo tanto no me vea comiendo "cosas insanas" tengo que engullir el helado en la cocina, rápido, sin pensar en el dolor de cabeza por el frío, sin decir "Pamplona" y de cara a la pared, por si acaso entra de sorpresa.
Ahora mis veranos son muy diferentes, duermo con mucho calor porque tengo uno, o dos cuerpitos chiquititos muy pegaditos a mi, el más pequeño con la teta en la boca y el otro con la mejor de las suerte me mete su pie en la mía. No se, algunos días me levanto ya desayunada y todo.
Cuando iba a la playa antes de ser madre, llevaba mi aceite de coco, mi crema de coco, mi spray para el pelo de coco, para comer...pues ya de paso un coco y me daba cremita, mi tumbaba tranquilita...ahora me veo gritando "donde vas sin crema???" corriendo desesperada mientras agarro un bracito luchando contra mi gran enemigo el sol, y cuando ya por fin he conseguido mi objetivo...me doy la vuelta y veo a la otra comiéndose la arena. En fin, no puedo placar a una para ponerle crema y evitar que la otra se alimente por propia iniciativa...
Antes podía leer, y ya no solo en la playa ¿Eh? me refiero leer en general, si, eso que coges un libro, lo abres, y empiezas a leer ¿Sabéis lo que os digo? Pues eso. Antes lo hacía, ahora no. Y si tengo la gran suerte de hacerlo siempre es algo relacionado con la crianza, o con la crianza de crianzas, o con la forma de crianza, o las distintas crianzas, o ¿Por qué me he metido en berenjenales de crianza?
Ahora mis veranos son muy largos, calurosos y cansados, a la misma vez que divertidos, grandiosos y cortos.
La diversión de ver a mis niñas disfrutar de cada parque, cada piscina, cada playa...cada gota de agua que sale volando hacía dentro de mi ojo mayormente, son momentos grandiosos que guardo en mi retina, en la lente de mi cámara para tenerlos en aquellos momentos en los que mis bollitos no quieran dormir con el pie en mi boca ni agarrando mi teta.
Corto, corto es el tiempo que disfrutamos cada segundo que pasamos con nuestros hijos, lo mejor que he hecho en mi vida, sin duda, con momentos de campamento playero incluido.
Hijos, esos pequeños seres sonrientes, que te quieren incondicionalmente y por los que si ...hemos dejado de leer y aún así...los queremos.
Buenos días jueves!!
Antes me gustaba el verano, creo que cuando estaba soltera y no tenía hijas porque hacía básicamente lo que me daba la gana. Me iba a la playa con un té helado y un libro. Sin más. Y disfrutaba, ¡Oh si! Disfrutaba mucho.
Ahora no; para ir a la playa necesito ponerme de acuerdo con los Boinas Verdes del ejercito para ayudarme a trazar una estrategia que me permita siquiera plantearme el hecho de poner un pie en la arena
Tanto es, que tenemos que preparar el rato de playa la noche anterior, dejar preparadas gran parte de las cosas que nos vamos a llevar para no correr el riego de llegar a la playa a la hora en que nos tenemos que ir. Si, verídico.
Antes disfrutaba del placer de comerme un helado tranquila, después de comer, tumbadita en el sofá. Ahora es imposible, si quiero que mi hija coma sano y por lo tanto no me vea comiendo "cosas insanas" tengo que engullir el helado en la cocina, rápido, sin pensar en el dolor de cabeza por el frío, sin decir "Pamplona" y de cara a la pared, por si acaso entra de sorpresa.
Ahora mis veranos son muy diferentes, duermo con mucho calor porque tengo uno, o dos cuerpitos chiquititos muy pegaditos a mi, el más pequeño con la teta en la boca y el otro con la mejor de las suerte me mete su pie en la mía. No se, algunos días me levanto ya desayunada y todo.
Cuando iba a la playa antes de ser madre, llevaba mi aceite de coco, mi crema de coco, mi spray para el pelo de coco, para comer...pues ya de paso un coco y me daba cremita, mi tumbaba tranquilita...ahora me veo gritando "donde vas sin crema???" corriendo desesperada mientras agarro un bracito luchando contra mi gran enemigo el sol, y cuando ya por fin he conseguido mi objetivo...me doy la vuelta y veo a la otra comiéndose la arena. En fin, no puedo placar a una para ponerle crema y evitar que la otra se alimente por propia iniciativa...
Antes podía leer, y ya no solo en la playa ¿Eh? me refiero leer en general, si, eso que coges un libro, lo abres, y empiezas a leer ¿Sabéis lo que os digo? Pues eso. Antes lo hacía, ahora no. Y si tengo la gran suerte de hacerlo siempre es algo relacionado con la crianza, o con la crianza de crianzas, o con la forma de crianza, o las distintas crianzas, o ¿Por qué me he metido en berenjenales de crianza?
Ahora mis veranos son muy largos, calurosos y cansados, a la misma vez que divertidos, grandiosos y cortos.
La diversión de ver a mis niñas disfrutar de cada parque, cada piscina, cada playa...cada gota de agua que sale volando
Corto, corto es el tiempo que disfrutamos cada segundo que pasamos con nuestros hijos, lo mejor que he hecho en mi vida, sin duda, con momentos de campamento playero incluido.
Hijos, esos pequeños seres sonrientes, que te quieren incondicionalmente y por los que si ...hemos dejado de leer y aún así...los queremos.
Buenos días jueves!!
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